Ciclo de vida del producto (PLC) aplicado a estilos, modas y modas pasajeras
El concepto de PLC también se aplica a lo que conocemos como estilos, modas y modas pasajeras. En la figura anterior se muestran sus ciclos de vida especiales. Un estilo es un modo de expresión básico y distintivo. Por ejemplo, los estilos aparecen en las casas (colonial, rústico, transicional), la ropa (formal, casual) y el arte (realista, surrealista, abstracto). Cuando se inventa un estilo, quizá perdure durante generaciones y estar o no en boga. Un estilo tiene un sitio que presenta varios periodos de interés renovado.
Una moda es un estilo popular o aceptado actualmente en un campo específico. Por ejemplo, la apariencia más formal de la “indumentaria de negocios” del vestido corporativo de la década de 1980 y principios de la de 1990, dio paso a la moda “casual de negocios” del 2000. Las modas suelen crecer lentamente, a permanecer en la popularidad durante un tiempo y a declinar con lentitud.
Las modas pasajeras son periodos temporales de ventas demasiado elevadas generadas por el entusiasmo de los consumidores y la popularidad inmediata del producto o la marca.29 Una moda pasajera puede formar parte de un ciclo de vida normal, como en el caso de la reciente oleada de ventas de fichas y accesorios para póker; o la moda pasajera quizá abarque el ciclo de vida completo de una marca o producto. Las “piedras mascota” son un ejemplo clásico. Al escuchar a sus amigos quejarse por el costoso cuidado de sus perros, el publicista Gary Dahl bromeó acerca de su piedra mascota. Al poco tiempo escribió una parodia de un manual de entrenamiento para la piedra, titulado “El cuidado y el entrenamiento de su piedra mascota”. En poco tiempo Dahl estaba vendiendo alrededor de 1.5 millones de piedritas de playa ordinarias a cuatro dólares la pieza. La moda pasajera, que surgió en un mes de octubre, se había hundido como una roca para el febrero siguiente. Dahl aconseja a quienes desean tener éxito con una moda pasajera: “Disfrútenla mientras dure”. Otros ejemplos de modas pasajeras son los cubos de Rubik y las dietas bajas en carbohidratos.
Los mercadólogos también aplican el concepto del PLC como un esquema útil para describir el funcionamiento de los productos y de los mercados; y, si se utiliza de manera cuidadosa, el concepto del PLC puede ayudar a desarrollar buenas estrategias de marketing para sus diferentes etapas. Sin embargo, el uso del concepto de PLC para pronosticar el desempeño del producto o el desarrollo de estrategias de marketing plantea algunas dificultades prácticas. Por ejemplo, en la práctica, es difícil pronosticar el nivel de ventas en cada etapa del ciclo de vida, la duración de cada etapa y la forma de la curva del PLC. El uso del concepto del PLC para desarrollar estrategias de marketing también puede ser difícil porque la estrategia es tanto una causa como un resultado de la etapa del ciclo de vida. La posición actual del producto en su ciclo de vida sugiere las mejores estrategias de marketing, y las estrategias de marketing resultantes afectan el desempeño del producto en fases posteriores de su ciclo de vida.
Asimismo, los mercadólogos no deben lanzar a ciegas productos mediante las etapas tradicionales del PLC, sino que a menudo deben desafiar las “reglas” del ciclo de vida y posicionar o reposicionar sus productos de formas inesperadas. Al hacer esto, podrían rescatar productos maduros o en decadencia, y regresarlos a la fase de crecimiento del ciclo de vida. O bien, podrían superar los obstáculos de una lenta aceptación de los consumidores e impulsar nuevos productos hacia la fase de crecimiento.
La moraleja del ciclo de vida del producto es que las compañías deben innovar de manera continua o se arriesgan a extinguirse. No importa qué tan exitosa sea su línea actual de productos, una empresa debe administrar con habilidad los ciclos de vida de los productos existentes para su éxito futuro. Y, para crecer, debe desarrollar un flujo continuo de productos nuevos que proporcionen nuevo valor a los clientes.
Fuente: Marketing decimocuarta edición Philip Kotler y Gary Armstrong
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